La llegada de las cámaras digitales desplazó a los rollos fotográficos de 35mm y los reemplazó por el sensor de imagen digital. Sin embargo, fue solo con el correr del tiempo y el avance de la tecnología que se logró que un sensor igualara los 35mm de las viejas películas analógicas. A ese sensor se lo llamó Full Frame.

Hoy el mundo de las cámaras digitales se divide entre las que cuentan con esta tecnología y las que contienen el famoso “sensor recortado”, cuyo nombre correcto es sensor APS-C. La diferencia principal entre ambos es el tamaño de la imagen que proyectan: un Full Frame mide 36mm x 24mm mientras que un APS-C, aproximadamente 24mm x 16mm.

Esto quiere decir que en un sensor Full Frame se reflejará una porción mayor de la imagen que entra por el lente que en un APS-C.

Si bien se considera que los sensores Full Frame presentan un cuadro completo, esto tiene que ver estrictamente con la relación con el formato de los rollos clásicos, y al igual que los APS-C tienen muchas cosas buenas y algunas desventajas que vale la pena destacar.

Diferencias entre las cámaras Full Frame y las APS-C

• Calidad de imagen:

En las cámaras con sensores Full Frame los píxeles son más grandes que en las APS-C ya que los fotolitos (o fotodiodos), que son los sensores encargados de grabar la luz, son más grandes. Por esta razón, estas cámaras pueden capturar más luz y generalmente producir imágenes de mejor calidad.

• Sensibilidad ISO:

Por la misma razón que explicamos en el punto anterior, las cámaras FF aseguran un mejor rendimiento ante situaciones donde es necesario utilizar un ISO elevado

• Profundidad de campo:

Otra diferencia interesante entre estas dos tecnologías es la profundidad de campo, que es menor con una cámara Full Frame. Esto quiere decir que si tomás una cámara de cada sensor y procurás sacar dos fotos en condiciones similares (en términos de distancia focal y apertura de diafragma) verás que con la FF lograrás menos profundidad que con la APS-C. Esto representa una ventaja de los sensores APS-C en algunos casos puntuales, como al tomar fotos de fauna o animales, o fotos de deportes. No obstante, los fotógrafos de paisajes suelen elegir cámaras FF ya que generalmente no tienen que agregarle una lente de gran angular para aumentar el espectro de la imagen.

• Rango dinámico:

Cuando hablamos de rango dinámico nos referimos a la capacidad que tiene el sensor de capturar las partes con mayor y menor luz de una imagen. En este apartado las que ganan son las FF, ya que permiten tomar fotos con un mayor nivel de detalle.

• Distorsión en los bordes:

Debido a que todos los lentes crean más distorsión en los bordes que en el centro, los sensores APS-C, al captar una porción de imagen menor, presentarán menos distorsión en los bordes que los Full Frame.

• Costos:

Por todas estas características que venimos mencionando, sumado a los costos de producción, las cámaras FF suelen ser más costosas que las APS-C.

Utilización de lentes

Una vez que conocemos estas diferencias, podemos avanzar con mucha más confianza en el proceso de compra de un nuevo lente.

Antes de hacerlo, no solo es importante identificar nuestras necesidades para determinar cuál es la opción que mejor se ajusta: aunque encontremos un lente con una muy buena relación precio calidad, es vital evaluar también si es mecánicamente compatible con nuestra cámara.

Una vez hecha esta comprobación, no habrá ningún tipo de problema en utilizar lentes de formato completo en cámaras con APS-C, siempre y cuando se tenga en cuenta la longitud focal equivalente. Esto no producirá ninguna distorsión en nuestra foto. 

Una vez que tenés claro esto, podés elegir diferentes opciones de lentes a partir de sus características y tus requerimientos cotidianos.